En 2025, la administración de Donald Trump marcó un cambio significativo en la política migratoria de Estados Unidos. Al comenzar su segundo mandato, el presidente implementó varias medidas ejecutivas para fortalecer el control en la frontera sur, incluyendo la declaración de emergencia nacional, la eliminación de CBP One y la adopción de normas de asilo más estrictas. Estas acciones resultaron en una notable reducción del número de migrantes que intentaban ingresar al país desde México.

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Su gobierno eliminó o limitó programas clave, como el parole humanitario CHNV, los paroles de reunificación familiar y el Estatus de Protección Temporal (TPS), afectando a cientos de miles de personas, principalmente de Venezuela y Haití. Además, reactivó la batalla legal para eliminar la ciudadanía por nacimiento, llevando el caso a la Corte Suprema.
Detenciones masivas, deportaciones aceleradas y perfil racial
Uno de los sellos de 2025 fue el aumento sin precedentes de las detenciones ICE de inmigrantes en EE. UU. Agentes federales realizaron arrestos en tribunales, calles, lugares de trabajo, escuelas e incluso guarderías, afectando a personas cuyos casos migratorios aún estaban en trámite bajo la administración del mandatario.

Uno de los sellos de 2025 fue el aumento sin precedentes de las detenciones ICE de inmigrantes en EE. UU.
Con el respaldo de la Corte Suprema, el gobierno permitió el uso del perfil racial en operativos migratorios, basándose en la apariencia, el idioma o el acento para justificar interrogatorios. Al mismo tiempo, se amplió el uso de las deportaciones expeditas, permitiendo expulsiones sin audiencia judicial a personas con menos de dos años en Estados Unidos, y se autorizó nuevamente arrestos en "lugares sensibles" como hospitales y centros educativos.
Impacto humano, temor en las comunidades y récords históricos
Las consecuencias de estas políticas se reflejaron en cifras récord: para noviembre, más de 66,000 inmigrantes permanecían detenidos en centros del ICE, mientras organizaciones de derechos humanos denunciaban hacinamiento, malas condiciones, uso del aislamiento y deficiente atención médica.
El clima de miedo llevó a miles de inmigrantes, incluidos padres de niños ciudadanos estadounidenses, a optar por la deportación voluntaria o regresar a sus países de origen. En total, el gobierno reportó que más de 2.5 millones de personas abandonaron Estados Unidos en 2025, marcando uno de los años más duros para las comunidades inmigrantes en décadas.