Era -o parecía- una noche tranquila. Tanto que Fabián Bustos, el técnico que acaba de ser denunciado por Alianza Lima por sus eufóricos festejos en el clásico del último domingo, se mostró en una faceta completamente distinta a la que vemos cada fin de semana en la Liga 1: casi nunca reclamó una decisión arbitral y cuando lo hizo, trató de hacerlo de la manera más calmada posible.
Campeón con Delfín SC y Barcelona, el entrenador crema se sintió como en casa desde que pisó suelo ecuatoriano. Incluso fue uno de los gestores para que la dirigencia crema se reuniera con sus pares ecuatorianos. Una cena que -entienden en tienda merengue- refuerza los lazos con uno de los mejores clubes a nivel juvenil de todo Sudamérica.
En la previa del encuentro, Bustos se salió de ese papel vehemente con el que se muestra en el torneo peruano para dar una nota en la que no tuvo problemas en revelar que su iba a mandar al campo un mediocampo inédito: Jairo Vélez y Horacio Calcaterra acompañarían a Rodrigo Ureña. Cero secretos con la prensa para un técnico que cuida mucho ese aspecto, pero en Ecuador se mostró diferente.
Aunque respetó su zona técnica durante el partido, Bustos sí estuvo metido en el juego como suele hacerlo. Arengó, dio indicaciones y lamentó los fallos de sus dirigidos. Y se mostró preocupado cuando Aldo Corzo y Rodrigo Ureña salieron lesionados a los 76 minutos. Ellos se unen a Matías Di Benedetto y Martín Pérez Guedes en los dolores de cabeza para el técnico que espera que los exámenes no arrojen resultados por lamentar.

Una hinchada que no abandona, pero que sí exige
Universitario no dominó el partido, pero sí lo mantuvo controlado. Incluso en el segundo tiempo tuvo oportunidades para adelantarse en el marcador. Sin embargo, falló las ocasiones que tuvo y a los 82 minutos vio cómo se iba todo en contra tras el golazo de Jordy Alcívar. Lo que no hicieron los atacantes cremas, sí lo hizo el volante de Independiente del Valle.
La hinchada, por su parte, no decepcionó en las tribunas del Complejo del cuadro ecuatoriano. “Somos locales otra vez”, gritaban a viva voz mientras los pocos fanáticos de IDV observaban con asombro la resistencia de los cremas.
Pero cuando se acababa el partido, el hincha no dudó en mostrar una vez más su descontento con su equipo. Como sucedió tras el empate en el clásico, la hinchada volvió a exigir un ataque acorde al equipo que es bicampeón en el fútbol peruano. Y el nombre que bajó de las gradas a una sola voz fue la del argentino Diego Churín, quien se quedó en el banco de suplentes.
La ‘U’ ha disputado dos partidos en esta Copa Libertadores y no ha sumado ni un punto. Además, apenas ha rematado tres veces al arco y sin poder festejar hasta el momento. Por eso el hincha, en las gradas y en las redes sociales -la otra tribuna-, reclama el por qué el equipo no tiene un ‘9′ de jerarquía para este tipo de escenarios.
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