Ante las recientes tensiones diplomáticas y militares con Estados Unidos, el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino, minimizó las amenazas de Washington y afirmó que en el país "no hay lugar para el miedo".
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Asimismo, dejó en claro que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) está lista para resguardar el territorio nacional. En esta nota, más detalles y las declaraciones que el político dio a los medios de comunicación locales.
Ministro de Defensa de Venezuela responde las amenazas de EE. UU.
El ministro de Defensa venezolano se pronunció tras el anuncio de Washington sobre el despliegue de buques militares estadounidenses en las cercanías de las costas del territorio sudamericano, esto con la finalidad de fortalecer su estrategia contra el narcotráfico. Esta medida fue catalogada por el Gobierno venezolano como una "agresión militar" destinada a desestabilizar la situación interna del país.
Por ello, en una transmisión oficial en Venezolana de Televisión (VTV), Vladimir Padrino, alto funcionario militar y autoridad en la nación sudamericano respondió a las advertencias emitidas por el gobierno de Estados Unidos, acusándolo de crear una narrativa engañosa para justificar su intervención en la zona.
"Aquí no hay espacio para el miedo. No faltará quien diga que estamos asustados. Pero no, llevamos 26 años de asedio y no lo han logrado", expresó Padrino.
Además, el ministro cuestionó lo que calificó esta acción estadounidense como una campaña que busca presentar a Venezuela como un narcoestado. "Qué cosa tan vulgar y qué tan lejos estamos de una situación como esa", señaló resaltando la aparente intención de desacreditar a la nación de Maduro.
Ministro de Defensa de Venezuela se refirió a la captura de Maduro
En medio de las polémicas, Padrino también abordó la decisión de EE. UU. de incrementar a 50 millones de dólares la recompensa por la captura del actual presidente Nicolás Maduro, a quien se le culpa de vulnerar leyes federales y tener vínculo con el tráfico de drogas.
Consideró esta acción como una provocación política carente de fundamento judicial, el cual busca generar una fractura interna en el país rico en petróleo.