La violencia en Estados Unidos continúa en aumento, con cada informe revelando sucesos más desgarradores que el anterior. Walmart se ha convertido en uno de los escenarios preferidos por individuos sin escrúpulos para perpetrar diversos delitos. Recientemente, un incidente alarmante ocurrió en una tienda de Carolina del Sur, donde un hombre desquiciado abrió fuego, hiriendo a una niña de 13 años de manera inesperada.

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Un ataque mortal sin razón alguna
Para conocer el hecho, tenemos que remontarnos al 7 de junio de 2023, en la sucursal de Whiskey Road, donde Stephen Foreman, hombre de 35 años y con problemas mentales, se topó con Ashley Rickard y su hija Ashton, de 13 años. El hombre se les acercó y, sin provocación alguna, abrió fuego contra la menor utilizando una pistola Colt 1911 calibre 45.
La bala perforó el cuerpecito de la niña provocando una serie de lesiones, entre otras, desgarrar órganos internos hasta alojarse en la columna vertebral. En todo momento, la valiente Ashton estuvo consciente, siendo plenamente consciente de la gravedad de sus heridas.
Durante el juicio, se determinó que el arma de fuego es de pertenencia de su madre, Stephanie Foreman, la misma que reveló estar consciente de la enfermedad de su hijo, como de su historial relacionado con eventos violentos durante los últimos años.

Stephen Foreman, en 2019, secuestró a su propia familia empleando una escopeta recortada.
Del hecho, pasaron poco más de 2 años y el sujeto se declaró culpable, por lo que el pasado 20 de octubre de 2025, fue condenado a 28 años de prisión con tratamiento de salud mental a largo plazo bajo los cargos de agresión e intento de asesinato. Además, le pusieron 5 años más por posesión de una arma durante un crimen violento.
La historia no acaba aquí...
La historia no termina con la sentencia de prisión de más de tres décadas. La madre de la menor de edad, Ashley Rickard, presentó una demanda legal contra el agresor y su madre, alegando que esta última no aseguró correctamente el arma de fuego, pese a conocer los antecedentes de violencia familiar y problemas de inestabilidad mental del joven. La demanda recuerda un episodio alarmante de 2019, cuando el sujeto tomó como rehenes a miembros de su propia familia usando una escopeta recortada, obligando a su hermano a inmovilizar al resto con cinta adhesiva negra.
Esta demanda civil, de momento, está suspendida o pausada de forma temporal, una situación que permite que estos procedimientos judiciales deriven en un estado propicio para llegar a un acuerdo entre las partes.