Recientemente, la administración Trump decidió intensificar su política migratoria, y como resultado, ICE ha detenido a 500 menores migrantes que residían en EE. UU. Mediante operativos denominados "controles de bienestar", muchos de estos niños fueron separados de sus familias debido a evaluaciones que los situaban en entornos considerados inseguros o por acciones legales contra sus patrocinadores. Esta cantidad representa un aumento significativo en comparación con años anteriores.
Según el Departamento de Seguridad Nacional, el objetivo es proteger a los menores de posibles abusos o explotación. No obstante, la detención de familiares ha hecho que estos niños pasen a custodia del gobierno, generando preocupación entre defensores de derechos humanos. La administración Trump justifica estas acciones como necesarias, mientras critica la gestión migratoria previa.

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ICE y su función con los niños inmigrantes que cruzan la frontera sur
La administración Trump ha intensificado sus políticas migratorias retirando de sus hogares a unos 500 niños migrantes ya establecidos en EE. UU., según fuentes cercanas. Muchos fueron separados de sus familias tras los llamados "controles de bienestar", al considerarse que vivían en condiciones inseguras o por medidas contra sus patrocinadores, en su mayoría familiares. En ese sentido, esta cifra supera los registros anteriores y marca un giro severo respecto a años pasados.
Es importante mencionar que, el Departamento de Seguridad Nacional asegura que estas acciones buscan proteger a los menores de posibles abusos o explotación. Como parte de estos operativos, algunos patrocinadores han sido arrestados, lo que ha llevado a que los niños queden bajo custodia de la Oficina de Reubicación de Refugiados. Por otro lado, funcionarios de Trump justifican la medida como necesaria, criticando el manejo previo de la administración Biden.
¿Qué significó 'Tolerancia cero'?
La política de “Tolerancia cero”, aplicada en 2018 por el gobierno de Trump, establecía el procesamiento penal obligatorio para todos los adultos que ingresaran ilegalmente a EE. UU. Esto llevó a la separación de numerosos padres de sus hijos tras ser detenidos. La medida desató una ola de críticas tanto dentro como fuera del país.
Su finalidad era frenar la inmigración irregular mediante sanciones rápidas y severas. La estrategia pretendía reforzar el control fronterizo y reducir la llegada de familias migrantes. No obstante, la división forzada de familias desencadenó una crisis humanitaria y cuestionamientos legales.