03/07/2025
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El campamento de Nike Run Camp se desarrolló en el Valle Sagrado.

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¿Cómo se vive el día a día en el campamento de running que tomó Urubamba y marcó un hito en el deporte peruano? [FOTOS]

Hace 2 meses

¿Cómo se vive el día a día en el campamento de running que tomó Urubamba y marcó un hito en el deporte peruano? [FOTOS]

El campamento Nike Run Camp de tres días fue una convivencia de alto rendimiento entre 26 corredores en el Valle Sagrado. Además, contó con la participación de Gladys Tejeda, Luz Mery Rojas y Luis Huamán.

El campamento Nike Run Camp de tres días fue una convivencia de alto rendimiento entre 26 corredores en el Valle Sagrado. Además, contó con la participación de Gladys Tejeda, Luz Mery Rojas y Luis Huamán.

Muchos pueden creer que el running es un deporte individual. Sin embargo, ya hace buen tiempo es sinónimo de comunidad y de punto de encuentro de aquellos enfocados en superarse sí mismos a través de marcas desbloqueadas, mejores tiempos y la convicción de solo ir hacia adelante.

Y comunidad es, muchas veces, convivencia. Por eso, el Nike Run Camp decidió reunir a 26 apasionados runners durante tres días en un glamping de Urubamba que los hizo vivir la experiencia de un campamento de atletas profesionales. En el trayecto, el reto fue físico y mental, pero también adrenalínico, ya que los corredores se dejaron sorprender por un itinerario desconocido que agudizó la aventura. Paso a paso, encontraron conexión en la desconexión y mejoraron sus condiciones físicas.

Día 1: la plaza

El último miércoles 7 de mayo, 26 runners arribaron a Cusco para trasladarse a un campamento de tres días en Urubamba organizado por Nike. El grupo estaba conformado por integrantes seleccionados de tres colectivos importantes de running (Brox, In your pace y Braves Running), pero también por algunos invitados individuales de la marca. Una vez ya instalados en el Valle Sagrado, la consigna estaba hecha: iban a vivir la experiencia de un campamento de atletas de alto rendimiento.

Sin embargo, el hecho de que convivieran en un lugar rústico y rodeados de naturaleza no excluía las comodidades. De hecho, el hospedaje fue en el glamping (campamento de lujo) Chaska Ocupi ubicado a unas cuadras de la plaza central de Urubamba.

Ya se irán enterando del plan y las actividades que iremos haciendo a medida que les vayamos avisando. Tenemos muchas sorpresas”, decían los integrantes del staff de Nike a los corredores aquella primera tarde y esto generaba mucha más incertidumbre sobre el campamento. ¿Dónde correrían? ¿A dónde los llevarían? ¿En qué consistiría aquel el ritual anotado en el cronograma?

Sin duda, la primera gran sorpresa se dio en la primera noche cuando el Nike Run Camp tomó por completo la plaza central de Urubamba con una activación sin precedentes. Había llegado el momento de probar las zapatillas Vomero 18 y cada corredor encontró las suyas en cajas ubicadas en la plaza en medio de un juego de luces y una tribuna colmada por todos los vecinos de Urubamba.

Entre música, reflectores y una activación de esquina a esquina, los runners hicieron sus primeros ejercicios a más de 2,700 metros sobre el nivel del mar, mientras generaban la mirada curiosa de todos los vecinos que se habían dado cita para saber qué evento había llevado tanta luz y espectáculo a su plaza.

Cuando entramos a la plaza y estaba el público local y las tribunas me sentí como un rock star. Fue muy emocionante y la altura quedó de lado. En general, el campamento fue una experiencia y exigencia de alto nivel”, dijo Bayron Calderón, coach de running y fundador de Braves Running.

Al caer la noche, los runners en sus pocas horas de campamento ya se iban mostrando naturalmente como esa comunidad que aprendió a hablar un mismo lenguaje y compartía las mismas ambiciones: viajar a maratones en diversos países, romper marcas o mejorar tiempos. Incluso las bromas o anécdotas giraban alrededor de su deporte casi por instinto. Mostraban lo que hace buen rato son: todo un mundo aparte con sus propios códigos.

Día 2: primer desafío y ritual en el templo

Alrededor de las 6:00 de la mañana, los corredores ya se encontraban en la Comunidad de Maras, a más de 3,000 metros sobre el nivel del mar y a cuatro grados, listos para su primer reto aún desconocido. Para su sorpresa, al llegar se encontraron con las presencias de Luis Huamán, campeón sudamericano de atletismo U20, y su coach.

Haber tenido un campamento en un lugar al que no estamos aclimitados hace la experiencia sea mucho más intensa. Pensaron en cada detalle desde el hecho de enseñarnos a mejorar nuestra técnica con profesionales hasta las rutas que prepararon para tener la experiencia de élite”, dijo Daniela Ruiz, runner perteneciente a Braves Running.

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Ambos atletas acompañaron a los 26 runners en los ejercicios de calentamiento y el recorrido de las dos rutas (7 y 10 km) que se habían estudiado y trazado previamente y que serían elegidas según la distancia que cada uno estaba dispuesto a correr. Si bien la altura resultó complicada para muchos, el hecho de correr en medio de los paisajes del Valle Sagrado y las superficies de tierra recién conocidas impulsaron la emoción colectiva. Sin embargo, de manera preventiva, también se cuidaba de los corredores ubicando ambulancias estratégicamente a lo largo de los caminos.

Una vez superado el primer reto, ya por la tarde, los deportistas pasaron por sesiones de recuperación con masajistas siempre a disposición en el glamping y después llegaron al templo Huayna Capac para ser recibidos por Maria José Rodríguez Larraín, artista, astróloga y runner que radica en Urubamba. El ritual, basado en la chacana y la astrología, consistió en la apertura de cada uno, la reflexión sobre qué los motivó a llegar al campamento y el sentido de hacer deporte más allá de lo físico.

Asimismo, hubo una dinámica en la que los corredores se agruparon en parejas para que uno sirva de guía y otro tuviera los ojos tapados mientras corrían para desarrollar la confianza en el compañero y agudizar los sentidos. Al final, la ceremonia ssentenció con una quema en el centro del templo que llamó a la reflexión sobre los miedos.

El ritual fue una de mis partes favoritas, sobre todo el hecho de correr con los ojos vendados porque terminó siendo un reto poder hacerlo sin ver y solo confiando en la pareja”, dijo Morayma Segura, preparadora física y entrenadora profesional de running.

Pese al largo día, una vez que los runners volvieron al campamento fueron nuevamente desafiados a hacer intervalos en los alrededores. Esto hizo que pudieran exigirse al máximo y terminen exhaustos pero orgullosos alrededor de una fogata para intercambiar sensaciones sobre la superación de los desafíos. Aunque todavía no se habían enterado del más duro y exigente.

Día 3: Gladys, Luz Mery y la meta final

Para el último día, las horas de sueño fueron menores. Esta vez, los 26 corredores se encontraban en Maras desde las 5:30 de la mañana para escuchar qué recorridos harían. En un promedio de 10 km, los atletas debían pasar por trochas y pendientes retadoras hasta un punto donde iniciarían con un nuevo reto.

A medida que iban llegando se daban con la sorpresa de que los esperaban nada menos que Gladys Tejeda y Luz Mery Rojas, dos atletas olímpicas peruanas, para acompañarlos en ejercicios de cuestas. La emoción de los corredores era tal que, pese al cansancio, se llenaban de energía para poder exigirse al máximo frente a la altura al lado de Tejeda y Rojas.

La experiencia llevó a mi cuerpo a sentir una presión de competencia que solo la hubiera podido tener corriendo en altura. Si bien todo era competitivo, la vibra era bonita y disfrutabas de eso. Ese tercer día fue increíble porque terminé los 10 kilómetros y vi a Gladys Tejeda y Luz Mery haciendo cuestas, eso me hizo retarme a mí mismo a seguir con las actividades que venían y contagiarme del impulso del resto”, comentó Marco Barrantes perteneciente de Braves Running.

Sin embargo, este no iba a ser el último desafío. El staff de Nike acondicionó una última ruta que iba a consistir en carreras de postas en cuatro grupos: tres conformados por runners y uno por Gladys Tejeda y Luz Mery Rojas.

Me sorprendió mucho el último reto por los cambios de ritmo y la carrera de postas continua de 2,4 kilómetros. Correr en altura es un tipo de entrenamiento que ayuda a acondicionarte mejor a la carrera y creo que eso fue uno de los puntos más importantes del campamento”, recalcó Morayma Segura.

Por su parte, Gladys Tejeda también se refirió a esta experiencia: “Estoy orgullosa de poder ser compartir con gente apasionada por el running. Todos conectamos y trabajamos resistencia y potencia. He visto a los chicos dando lo mejor de ellos y, sobre todo, que nadie quiso quedarse. Admiro mucho la dedicación que le ponen al deporte pese a que muchos se dedican a otras cosas, es una disciplina que te hace mejor persona en otros aspectos“.

Como era de esperarse, Gladys y Rojas fueron las primeras en llegar pese a que ser las últimas en salir en las postas. En el camino, los corredores vivieron la experiencia del reto y la competencia en su máxima exigencia para poder llegar con el mejor tiempo. Hacia el final, si bien hubo órdenes de llegada, todos fueron ganadores al término de este Nike Run Camp.

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SOBRE EL AUTOR
Fernanda Huapaya

Licenciada de Comunicación por la Universidad de Lima. Trabaja en El Comercio desde el 2023, cubre Alianza Lima y la selección peruana desde el 2020 con pasado en RPP Noticias, ESPN y Diario Depor. Coautora del libro "Apoderándose del área".

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