Una de las últimas figuras elogiadas por su refinado estilo para triturar a los oponentes sin clemencia pero con una elegancia que se confundía fácilmente con ternura, se llamaba Sandro Paulo Baylón Capcha. Quienes se desvelaron la primera madrugada del 1 de enero del año 2000 por miedo al colapso digital, que por esos tiempos nos aterrorizó debido al cambio de cuatro dígitos que implicaba el nuevo siglo para los sistemas de software, terminaron sorprendidos aquella mañana por una triste noticia: el fallecimiento de la entonces figura de Alianza Lima en un accidente vehicular que acabó con su vida a los apenas 19 años. Su pérdida enlutó a todo un país que veía en él a un caudillo con un futuro enorme en Europa. Luego de 25 años otra tragedia conspira para entristecer el día con la muerte del futbolista brasileño Diogo Jota, figura descollante del Liverpool inglés y de la selección de Portugal, producto de un despiste y posterior incendio de su vehículo.
Juega y gana: participa en la Polla El Comercio del Mundial de Clubes y llévate un PlayStation5
Relacionar ambas tragedias puede parecer un acto forzado, pero más allá del contexto y los escenarios tan disímiles, los hechos esconden una ley inevitable incluso para quienes cuentan con fama, dinero y un talento formidable: nadie sabe cuándo acaba la vida.
¡Gracias por suscribirte a Íntimo Sentido!
Tu inscripción ha sido confirmada. Recibirás nuestro newsletter en tu correo electrónico. ¡Esperamos que disfrutes del contenido!
Lamentamos verte partir.
Tu suscripción ha sido cancelada y ya no recibirás más nuestro newsletter en tu correo electrónico. Si cambias de opinión, siempre serás bienvenido de nuevo.
¡Gracias por habernos acompañado!
Newsletter exclusivo para suscriptores

Diego Jota lleva diez días de haberse casado con la mujer de sus tres hijos menores. Estaba de vacaciones luego de una temporada inolvidable en la que había logrado su primer título de Premier League como figura del Liverpool, además de haberse coronado campeón de la UEFA Nations League con la Portugal liderada por Cristiano Ronaldo, con quien compartió risas y buen humor según lo describen. Ganaba 19 mil euros al día en Anfield, mítico escenario en el que gritó y luego bailó por su último gol de la temporada.
La posibilidad de que su presente prodigioso y su felicidad se desvanezcan repentinamente, sin aviso, nos recuerda inevitablemente a lo sucedido con Sandro Baylón, mucho más joven, con menos recorrido pero con un futuro tan promisorio que lo encumbra aún sin haberlo cumplido.
A Baylón, cuentan, lo seguía el Werder Bremen, iba a ficharlo luego de una temporada en que, pese a su edad, ya se había consolidado como capitán y figura. Era un central con la anatomía justa para ser indomable por aire e intratable por el suelo. Muy técnico, hábil, pero sobre todo, sumamente inteligente y táctico para robar con sutileza el sueño de los oponentes de superarlo.
Otro recuerdo fatídico, el último, nos lleva al 2019. Cuando Juan Pablo Vergara, de esos 34 años, perdió la vida luego de volcar su camioneta. El entonces jugador de Binacional enlutó el fútbol peruano. En el 2011, Gianfranco Espejo, jugador de Sporting Cristal, murió en la carretera Panamericana Norte, en el departamento de Tumbes, al estrellarse el vehículo en el que viajaba contra un camión.
Diogo Jota y su historia con el fútbol peruano
Diogo Jota no tenía nada en común con el fútbol peruano. Pero sí, mucho, con un peruano: Paolo Hurtado. Con el ‘Caballito’ compartió camerinos en el Pacos de Ferreira en la temporada 2014, cuando el mediocampista nacional ya era figura y el entonces atacante era llamada solo Diogo J. El que luego sería figura del Liverpool entonces era un chiquillo de 17 años en su primera temporada que terminaría siendo magnífica para dar el salto al Oporto.
Con Paolo Hurtado compartió camerinos y también cancha. Años después, sería dirigido por Nuno Espíritu santo en el Porto y luego en el Wolverhampton de la Championship inglesa. Nuno había sido también entrenador de un peruano: Alberto Rodríguez. A quien lo tuvo la temporada 2012 en el Rio Ave, precisamente donde fue su primera experiencia como entrenador principal.
Con el Wolverhampton estuvo a punto de cruzarse con Cristian Benavente, quien cuando llegó el luso, dejó el Mylton Keynes para irse a Bélgica. Son solo esas las coincidencias que lo relacionan al fútbol peruano. Anécdotas para nosotros de un futbolista que impresionó a Jürgen Klopp y que llegó a Anfield con poca fe de parte de la afición, pero que supo ganarse un lugar en ese tridente entonces compuesto por Firmino, Salah y Mané.

El mundo fútbol consternado
Jota marcó 65 goles en 182 apariciones con los Rojos, la última de las cuales ganó el derbi de Merseyside contra el Everton en abril para acercar al Liverpool aún más a un récord de 20 títulos de la máxima división inglesa.
Fue “Un jugador excepcional, un chico excepcional”, dijo el exentrenador del Liverpool, Jürgen Klopp, durante los inicios de Jota en Anfield. “Tiene todo lo que un jugador del Liverpool necesita en esta plantilla”. El tiempo le dio la razón. Aunque no los años para disfrutarlo.
De las muchas imágenes que han circulado en redes sociales, conmueve una de un hincha del Everton, clásico rival del Liverpool, haciéndole un homenaje póstumo. Es la señal de que Diogo Jota se fue con un voto unánime de aprobación. Nadie jamás pondrá en duda que será un campeón eterno.
****
¡Tu pasión merece ser premiada! Accede a contenido exclusivo, sorteos, premios y más con la Suscripción del Hincha. Da click aquí para ingresar.