El Polideportivo de Villa El Salvador, con capacidad para cinco mil personas aproximadamente, estaba pintado casi en su totalidad de blanco y azul. Convertido en Matute, con dos banderolas tan gigantes como imponentes, el coliseo no solo vibraba, sino temblaba. Pero solo una persona, de nacionalidad estadounidense, de metro 90 de estatura, con un mate tan potente que da miedo, se encargó de silenciar todo: Emily Zinger, con 28 puntos, llevó a Regatas a vencer 3-1 (25-19, 16-25, 25-15, 25-22) a Alianza Lima para forzar el extragame en la final de la Liga Profesional de Vóley.
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Y en las gradas, en medio de la multitud blanquiazul, había un hombre de contextura gruesa, también norteamericano, vestido con el celeste representativo del Regatas. Y se emocionaba con cada punto de Emily Zinger, su hija. Había recorrido más de tres mil kilómetros para salir de su natal Estados Unidos y estar en Villa El Salvador alentando a su primogénita, la misma que en cada mate intentaba buscarlo en la tribuna.

Y luego se juntaron. Una vez terminada la segunda final, Emily y su padre se fundieron en un interminable abrazo, tan emotivo como eufórico. Luego la foto final, la de la celebración, tiene ahí al patriarca de la familia Zinger, el invitado inesperado y especial en los festejos del equipo más campeón del vóleibol peruano.
La fotografía que enmarca el coraje de Regatas para tumbarse al favorito -Alianza, con Morando como técnico, no había perdido un partido- también tiene a otras dos invitadas especiales. Está Alexandra Llaro con una silla de ruedas. Desde que sufrió una dura lesión en su tobillo, la peruana alienta a sus compañeras desde el costado del banco de suplentes. Y también estuvo Cristian Cuba, quien si bien está en el equipo, aún no puede jugar porque está en su última etapa de recuperación de una rotura de ligamentos cruzados en su rodilla.
Regatas Lima celebra porque se plantó ante Alianza y mostró su potencial. Lo dicho por Kiara Montes en una entrevista con este Diario era cierto: en el primer partido, ella y Zinger no pudieron entrenar porque padecían de síntomas fuertes por resfrío. Hoy, ya recuperadas, fueron un dolor de cabeza de las íntimas.
Alianza, por su parte, se mostró irregular, casi como un equipo desconocido. Marina Scherer cometió muchos errores de armado, lo cual dificultó el trabajo de Aixa Vigil, Maeva Orlé, Julieta Lascano, Chabelita Sánchez y Clariveth Yllescas.
Tan mal jugó Alianza que en un momento del partido, el entrenador Facundo Morando le pidió a sus asistentes las estadísticas en tiempo real. El argentino entendía que no se trataba de una Emily Zinger intratable, sino de la mala defensa de su equipo. Al final fue un poco de ambas lo que terminó decidiendo el triunfo celeste que ahora mira con optimismo el extragame.
El partido decisivo
Todo se define este domingo 25 de mayo desde desde las 5 p.m., horario peruano. El encuentro se volverá a jugar en el Polideportivo de Villa El Salvador. Un día antes, el sábado (7 p.m.), Universitario y San Martín juegan por el tercer lugar.
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