La administración de Donald Trump continúa sus estrategias sin detenerse y planea convertir la 'Base Conjunta McGuire-Dix-Lakehurst' en Nueva Jersey en un nuevo centro de detención para inmigrantes, pese a las fuertes críticas de legisladores locales y defensores de derechos humanos.
Esta expansión representa un giro alarmante en la política migratoria, ampliando la presencia de ICE y el Departamento de Seguridad Nacional dentro de instalaciones militares, mientras el Congreso inyecta miles de millones de dólares para fortalecer la infraestructura de detención en todo el país. ¿Qué más se sabe al respecto? Aquí te comentamos.

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La 'Base Conjunta McGuire-Dix-Lakehurst': nuevo centro de ICE
Según NJ Spotlight News, la 'Base Conjunta McGuire-Dix-Lakehurst', ubicada en los condados de Burlington y Ocean, Nueva Jersey, es la única instalación “tri-servicio” del Departamento de Defensa en Estados Unidos, creada en 2009 tras la fusión de la Base Aérea McGuire, la Base del Ejército Fort Dix y la Estación Aérea Naval Lakehurst. Con más de 41,000 acres y una historia militar que se remonta a 1917, la base es una pieza clave para operaciones militares nacionales.
Ahora, esta colosal base militar está destinada a convertirse en un “centro de detención temporal” para inmigrantes indocumentados, según confirmó el secretario de Defensa Pete Hegseth. Sin embargo, legisladores como el representante Herb Conaway denuncian la medida como un uso “aborrecible” de los recursos militares, alertando que interferirá con la preparación y las operaciones regulares de la base. Conaway incluso ha comparado el plan con la controvertida instalación de detención en los Everglades, apodada 'Alligator Alcatraz'.
Donald Trump planea abrir más prisiones de ICE
Pero Nueva Jersey no es la única en la mira. La administración Trump también considera el uso de Camp Atterbury en Indiana y planea centros satélites en al menos otros nueve estados, incluyendo Nueva York, California y Colorado. Estas instalaciones se sumarían a la red existente de 155 sitios operados por ICE en todo el país, muchos bajo administración de empresas privadas y con un historial cuestionable en cuanto a la seguridad y derechos de los detenidos.
Con una inversión récord de 150 mil millones de dólares aprobada por el Congreso, la expansión busca no solo aumentar la capacidad de detención, sino también establecer bases para operaciones masivas de redadas y deportaciones. La base de Fort Bliss en Texas serviría como modelo para este ambicioso y polémico programa que, según expertos y activistas, convierte a las fuerzas armadas en herramientas directas de control migratorio.
Trump planea que el control de ICE se expanda a lo largo del país.