Del 25 al 27 de abril, el golf latinoamericano tendrá un representante con voz y corazón: el chileno Mito Pereira, quien competirá en el torneo LIV Golf , una de las plataformas más innovadoras del deporte, que no solo congrega a los mejores jugadores del mundo, sino que además se ha propuesto romper barreras generacionales y acercar el golf a nuevos públicos.
Pero más allá del green y las estadísticas, Mito llega con algo mucho más poderoso: una historia de resiliencia, madurez emocional y crecimiento interior. El mundo lo conoció masivamente en 2022, cuando estuvo a un par de hoyos de coronarse campeón en un major.
Lo tuvo cerca. Muy cerca. Pero el destino tenía otro plan. “Obviamente uno nunca va a olvidar ese momento”, dice Mito con una serenidad que no es resignación, sino evolución. “Pero hacerlo de una manera desde afuera creo que es lo mejor… han pasado tres años, y aunque ese hoyo no resultó, me trajo otras cosas en mi carrera”.
Pereira no rehúye a su pasado, lo mira con los ojos del que ha sabido procesar la frustración. Porque en el golf, como en la vida, los momentos que no se concretan también enseñan. “La frustración está mucho”, reconoce. “No solo por ese torneo… uno juega mal aquí, mal allá. Pero hay que estar consciente de ese sentimiento, no tomárselo tan a pecho, como decimos en Chile, y seguir adelante”.
Hoy, Mito forma parte del equipo Torque junto a otro gran chileno, Joaquín Niemann. La química entre ambos no es improvisada: son compatriotas, amigos, rivales desde siempre. Pero ahora, juntos, buscan algo más grande: un triunfo colectivo. “Siempre hemos sido rivales, pero ahora estamos empujando hacia un objetivo como equipo. Lo único que uno puede hacer es dar su 100% y ver qué pasa”.
El cambio del PGA Tour al LIV Golf marcó un antes y un después en su carrera. Una decisión arriesgada para algunos, pero clara para él. “Ha sido una muy buena decisión. Jugamos en lugares increíbles, el golf es muy competitivo, y lo hacemos de forma más global. Además, el equipo es cercano, eso hace todo más ameno”.
Ese cambio de tour también significó un respiro. Menos torneos, más tiempo para lo que importa. “El LIV me ha dado un poco más de tiempo para estar conmigo. Antes todo era carrera, carrera… ahora tengo más espacio para mi familia, para mis amigos. Cosas que antes no podía hacer. Golfísticamente uno siempre está creciendo, pero personalmente también he crecido bastante”.
Con la sinceridad que lo caracteriza, Mito reconoce que el último año y medio no ha sido el mejor en resultados. Pero no lo dice con amargura, sino con convicción. “He aprendido mucho… y en la vida sí, podría decir que estoy en plenitud”.
Ahora, de vuelta en tierra latinoamericana, y representando a Chile en uno de los escaparates más visibles del golf internacional, Mito sabe que no está solo. Su presencia es símbolo de constancia, de humanidad y de orgullo para un país que lo ha visto crecer golpe a golpe.
“Un golfista chileno está jugando en casa… esperamos recibir un gran apoyo”, dice con esa sonrisa honesta que trasciende nacionalidades.
Y es que cuando Mito habla de “casa”, no se refiere solo a Chile. Se refiere a toda una región que hoy lo ve como un ejemplo de que el verdadero éxito no siempre está en la cima… a veces, está en la forma en que uno se levanta y sigue caminando.
CIG