La comunidad inmigrante atraviesa un momento de alerta extrema. Desde el inicio de la segunda administración de Trump, su gobierno ha intensificado las acciones contra las denominadas ciudades santuarios, lugares donde la colaboración con las autoridades de inmigración es más limitada. En todo este contexto, ciudades como Nueva York, Los Ángeles y Chicago pasaron a ser el centro de atención.

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Los Ángeles, Chicago y Nueva York están bajo amenaza del gobierno de Trump
En su perfil de Truth Social, el presidente Donald Trump hizo un llamado a ICE para que se lleve a cabo el "programa de deportación masiva más grande de todos los tiempos" de la historia, dirigido a ciudades orientadas hacia el partido Demócrata como Nueva York, Los Ángeles o Chicago.
Trump adujo que estas ciudades "explotan a los inmigrantes indocumentados para aumentar su base de votantes, manipular las elecciones y quitar puestos de trabajo". También arremetió contra los demócratas por haber creado un "estado de bienestar" que perjudica a los ciudadanos estadounidenses.
Con más de 400.000 inmigrantes indocumentados en Nueva York, las comunidades se preparan para un aumento de redadas. Murad Awawdeh, presidente de la Coalición de Inmigración de Nueva York, indicó a Scripps News que, desde el inicio de la actual administración, las operaciones del ICE han crecido, afectando especialmente a trabajadores en granjas, lecherías y criaderos del norte del estado.
Reacciones de la comunidad inmigrante en EE. UU. y estrategias de protección
Ante la amenaza de deportaciones, los líderes comunitarios comenzaron a organizarse. "Sabemos que la planificación es importante. Sabemos que podemos movilizarnos como vecinos, que podemos ser compasivos y que debemos estar informados", declaró Avilés a Scripps News. La concejal enfatizó la importancia de la educación sobre los derechos de los inmigrantes en este contexto de miedo y desconfianza.
Además, algunas comunidades han establecido grupos de vigilancia y rastreadores de ICE para anticiparse a las redadas. Aunque estas medidas no eliminan el temor generalizado, transmiten un mensaje claro: "No estamos conspirando con Trump ni conspiraremos con su agenda de deportación", afirmó Aviles.
Impacto en la economía local y servicios comunitarios
El clima de miedo también ha llegado a las empresas locales. "Los trabajadores tienen miedo de ir a prestarse", declaró a Scripps News Avilés, quien apuntó que la disminución en la asistencia a las escuelas y los servicios comunitarios era alarmante. "Notamos que las organizaciones de caridad también están viendo una disminución en la cantidad de personas que reciben servicios", agregó.
El secretario de la Casa Blanca para la frontera, Tom Homan, reforzó las redadas en lugares de trabajo, lo que generó aún más preocupación entre los líderes comunitarios. "Trump ha sido muy claro sobre su interés en aterrorizar y perjudicar a quienes no quieren seguir su agenda", concluyó Avilés.